¡Esto es en serio!

Permanentemente hacemos preparativos: para celebrar, disfrutar de fechas, conmemorar onomásticos y desearnos una vida plena y maravillosa. Sin embargo, a menudo postergamos la preparación meticulosa para lo que será nuestra eternidad, una existencia sin fin que debemos comenzar a preparar aquí en la tierra.

Aunque suele incomodarnos, ¡ESTO ES EN SERIO! Un día, sin falta, todos enfrentaremos esta realidad, y ninguna posesión terrenal ni circunstancia nos eximirá de ella. La vida es efímera, y no es prudente actuar de manera irracional o indiferente ante tal certeza.

¿Qué preparaciones son esenciales?

• ✓ Reconocer la necesidad de reconciliación con Dios a través de Jesucristo: arrepentirse ante Dios por nuestros pecados y confiar en Jesús.
• ✓ Fomentar habilidades para las tareas y el estilo de vida del Reino: enfocarse en el conocimiento de Dios y las disciplinas espirituales.
• ✓ Profundizar en el propósito divino para cada uno: desarrollar un corazón renovado, una vida transformada y una práctica de devoción constante, respaldada por la confianza de que Dios nos brindará su bendición. Esta es la verdadera esencia de la preparación necesaria.

Con esta preparación, al enfrentar la muerte, podremos estar seguros de nuestra felicidad eterna. Y no solo es cuestión de certeza, sino de comodidad, ya que así es como debemos «venir al encuentro de tu Dios», tal como lo describe Amós 4:12 y Mateo en su evangelio: «Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperáis.» - Mateo 24:44

¡ESTO ES EN SERIO!

Nada es tan crucial como tu futuro eterno. Quienes ya gozan de la gloria divina testificarían esto si pudieran comunicarse con nosotros. Los que no lo lograron son plenamente conscientes de lo que han perdido. No importa la edad: los jóvenes piensan "cuando sea mayor", y los ancianos se lamentan, "¿por qué tan tarde?".

Algunos menosprecian la idea del cielo, nuestra residencia eterna, mientras que otros se burlan del infierno. Pero la elección es personal; nadie puede hacerla por ti. Solo Cristo en nuestro corazón nos da la auténtica comprensión y el interés necesario para prepararnos para lo que es, en definitiva, ¡EN SERIO!

Plan de acción

No hay suerte. Tú decides tu destino eterno. ¿Es hoy tu oportunidad?