Tu perfección en Él.

No eres la opinión de los demás. No permitas que tu vida se moldee según lo que los demás digan de ti.

Dios nos creó para ser únicos. Sin embargo, cuando permitimos que las opiniones de otros nos definan, nos encontramos limitados por estas percepciones.

El mundo nos etiqueta y muchas veces no nos da la oportunidad de demostrar quiénes somos, especialmente cuando creemos en las falsedades que nos han dicho.

Pero una lección que podemos extraer de la vida de David es que no debemos dejar que el mundo que nos rodea nos presione para ajustarnos a sus estándares.

En la Biblia, se narra que durante los primeros años de David, él no parecía encajar ni ser aceptado plenamente. Sus hermanos lo rechazaron y su padre a menudo lo pasaba por alto. Pero, cuando Dios envió a Samuel para ungir al nuevo rey de Israel, todos los hermanos de David fueron presentados ante él.

Aunque muchos pensaron que ellos eran los adecuados para ser reyes basándose en su apariencia, Dios los rechazó a todos. Cuando David fue finalmente llevado ante Samuel, Dios declaró: «Este es el elegido» .

David poseía lo que Dios buscaba, pues era un hombre conforme al corazón de Dios.

Hoy te invito a leer con detenimiento la historia de la unción del rey David en 1 Samuel 16:1-13. Descubre cómo Dios valora el corazón y se preocupa más por nuestra disposición que por nuestras habilidades.

Dios ve en ti lo que otros no pueden, mira más allá de la apariencia externa y percibe el corazón.

Oremos

Señor, ayúdame a entender que soy perfecto en Cristo, que su sangre me redimió y purificó para ser lo que tú deseas que yo sea. Que la opinión de los demás no determine quién soy en ti. Amén.