Humildad

Vivir con una verdadera espiritualidad significa mostrar el amor de Dios allá donde vayamos. Dios siempre mira más allá de nuestras fallas para atender nuestras necesidades.

Las personas que constantemente buscan fallas en otros no reflejan la actitud de Cristo.

En lugar de "maldecir las tinieblas", debemos ser una luz en la oscuridad.

Debemos cambiar nuestra perspectiva de centrarnos en los atributos negativos y empezar a ver los talentos y dones en los demás.

Esta es la actitud que debemos adoptar para activar el poder de la espiritualidad en nosotros.

En Mateo 7:1-5, Jesús impartió una de las lecciones más impactantes en el sermón del monte. Habló de personas que juzgaban a los demás, cuando su propio comportamiento era mucho más cuestionable que el de aquellos a quienes criticaban.

En otras ocasiones, Jesús dejó claro que tenía serias discrepancias con la hipocresía de los líderes religiosos judíos de su época.

En confrontaciones adicionales con ellos, Jesús lanzó críticas contundentes hacia esos líderes, como se puede leer en Mateo 23:25-28.

Es vital reconocer que todos somos imperfectos ante Dios. Jesús nos enseña a no juzgar a los demás, sino a reflexionar sobre nuestras propias acciones.

Algunos consejos para hacerlo:

• ✓ Examina tus propios errores.
• ✓ Reconoce tus fallos.
• ✓ Evita criticar. Cuanto más críticos seamos con los demás, menos vemos nuestros propios defectos.
• ✓ No juzgues; deja que sea Dios quien lo haga.
• ✓ Mantente siempre humilde y manso, como enseñó el apóstol Pablo. ✓ Tolerancia y amor mutuo.
• ✓ Haz tu mejor esfuerzo para que el espíritu de Dios mantenga nuestros corazones unidos
• ✓ Esfuérzate por vivir en paz. - Efesios 4:2-3.

La relación adecuada con Dios conduce a una verdadera espiritualidad. Un simple acto no garantiza espiritualidad. Reconocer la verdad a nivel intelectual sin la disposición de actuar en consecuencia NO es una señal de espiritualidad transformadora.

Oremos

Dios mío, ayúdame a mantener una genuina espiritualidad, siguiendo el ejemplo de Jesús y sin creerme superior a los demás. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.