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Nov02

Amigos

Mes // Noviembre

Amigos
«No se dejen engañar: las malas compañías corrompen las buenas costumbres. »
- 1 Corintios 15:33

Nunca consideres íntimo amigo a quien no es amigo de Dios. No hablamos de simples conocidos, pues estos abundan en todos lados y en cada grupo social en el que nos desenvolvemos. Sin embargo, cuando consideras a alguien como un amigo íntimo, es porque deseas compartir con él momentos significativos, ideas, percepciones y sueños. Estos momentos íntimos deben estar caracterizados por un interés mutuo en conocer, amar y obedecer a Dios y Su Palabra, tal como lo haces tú.

Esto no implica que solo debas relacionarte con cristianos. Ni es posible ni es lo más adecuado, ya que tanto dentro como fuera de esas relaciones se espera que demos un testimonio coherente con el amor, el servicio y la ayuda. No debemos mostrar ignorancia ni otros comportamientos indeseables. Pero sí es esencial elegir adecuadamente a nuestros amigos. No podemos conformarnos con la compañía de alguien que no alimente nuestra alma.

Es vital no subestimar este consejo. Está en juego la esencia de nuestra alma a través de las conversaciones y acciones de nuestros amigos. No podemos medir el daño que resulta de asociarnos con compañeros y amigos que no creen en Jesús, que no valoran Su sacrificio en la cruz ni desean obedecer Su Palabra, es decir, aquellos regidos por las ideas y pasiones del mundo. Esta asociación puede incluso ser una herramienta para que el mal nos engañe con mentiras.

En muchas familias cristianas, a pesar de contar con una educación ejemplar, buenos valores, un hogar organizado, literatura constructiva y enseñanzas bíblicas, se han vivido situaciones adversas porque satanás ha utilizado a amigos impíos para sembrar la destrucción. Es probable que enfrentemos tentaciones y engaños al mantener tales "amistades".

En la Biblia, se narra el caso de uno de los hijos de David que lastimó a su propia hermana. Como lo menciona la Escritura: «Amón tenía un amigo, Jonadab… era un hombre astuto…» (2 Samuel 13). Su influencia negativa llevó a Amón al pecado, causando un daño irreparable a su familia y a la historia de David.

La naturaleza humana tiende a imitar lo que ve en otros. Cuanto más nos agrada una persona, más fuerte es esa influencia. Es imposible transmitir salud, pero sí enfermedades. Es fácil contagiarse de un resfriado, pero no de un semblante saludable. Es más sencillo debilitar la fe que fortalecerla.

Punto de acción

Reflexiona: ¿A quién consideras tu amigo o compañero? La Palabra de Dios nos dice en el Salmo 119:63 que debemos rodearnos «de los que temen y guardan Sus mandamientos ». Esta es la medida y calidad que enriquecerá nuestras relaciones.
Lectura bíblica recomendada: 2 Samuel 13
Autor: María Piedad Mesa

Autor

María Piedad Mesa

Escritora de:
Busca Amar a Dios y Ser Ejemplo
Bendito el Fruto de tu Vientre

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