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Sep25

Fortaleza en la aflicción

Mes // Septiembre

«Tengo mucha franqueza para hablarles y estoy muy orgulloso de ustedes. En medio de todo lo que sufrimos, me siento muy animado y lleno de gozo. »
► 2 CORINTIOS 7:4 (DHH)


La aflicción es realmente parte de nuestra vida cristiana, y lo que aprendemos en ella es a tener fortaleza y valor. Tenemos como ejemplo a Cristo mismo: sufrió mientras estuvo en esta tierra y nos enseñó, a nosotros sus seguidores, que en medio de la aflicción buscáramos la fortaleza y creciéramos en sumisión a la voluntad de Dios: «No se haga mi voluntad, sino la tuya.» Lucas 22:42

La aflicción puede ser parte de una disciplina paternal, diseñada y permitida para purificarnos y, lo más especial, para prepararnos para nuestra futura vida gloriosa en Su presencia. Como dice Hebreos 12:11: «Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.»

Dios quiere que no perdamos de vista la posibilidad de la aflicción. Siendo para nuestro beneficio, no debe tomarnos por sorpresa de tal manera que nos desenfoque o desestabilice del estado espiritual en que nos encontramos. De este modo, cuando llegue, no desmayemos, sino pongamos nuestra confianza en el Señor y busquemos en Él nuestra fortaleza para soportar cualquier carga.

Este cuidado empieza por nuestra mente. Nunca permitas que tu mente aloje malos pensamientos contra Dios y su manera de obrar. Porque, veámoslo como lo veamos, siempre son acciones buenas y sabias. Con el tiempo tendremos la manera de entender los “por qué” y “para qué” de Dios en medio de las situaciones.
  • • Una sumisión sin queja es una excelente maestra en este proceso.
  • • Una firme creencia en que todo está bajo el control soberano de Dios para nuestro bien es de gran ayuda.
  • • Lo que recibimos siempre es poco comparado con nuestra humanidad y pecaminosidad, y esto aumenta la percepción del amor de Dios, a pesar de todo.
  • • Pensar que, tras esta útil y necesaria aflicción, vendrán ricas bendiciones espirituales nos permite esperar con gozo.
El horno de la aflicción es un buen lugar y estado para salir fortalecido, ya que, después de experimentar una fuerte sacudida, no significa el fin. Más bien sirven para traer algo nuevo.

Punto de acción

¡Qué maravilloso es poder tener una nueva perspectiva acerca de la aflicción! No es el fin; puede ser el comienzo de algo nuevo. Y si viene de nuestro Padre, será útil y bueno para nuestro futuro.

Lecturas bíblicas necesarias:
2 Corintios 4

Autor

María Piedad Mesa

Escritora de:
Busca Amar a Dios y Ser Ejemplo
Bendito el Fruto de tu Vientre

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