Nov30
¿Dónde estás?
- Juan 20:13
La muerte de los líderes siempre trae consecuencias de efectos mayúsculos y una tremenda decepción y/o confusión en aquellos que los seguían, según haya sido el líder.
En el pasaje de hoy, vemos cómo María Magdalena, en su desconcierto por la muerte de su líder Jesús, va de madrugada a visitar la tumba. Imaginemos los posibles pensamientos que tuvo ella esa mañana antes de llegar allí:
Y posiblemente otros que tú puedas imaginar. Más sin embargo, María esa mañana comprobaría que no estaba siguiendo a cualquier clase de líder, estaba siguiendo al único en la historia que ha vencido la muerte y que prometió dar vida eterna a quien en Él creyera.
Es así que Jesús se presenta ante ella y la llama por su nombre “María”. Al instante reconoció quién la llamaba y ella se aferró a él.
Punto de acción:
Muchas veces, por estar centrados en la decepción de la vida, no notamos que Él está a nuestro lado:
«Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú le has llevado, dime dónde le has puesto, y yo me lo llevaré.»
Como a María, te puede suceder que la visión de un Jesús muerto - lejano o difuminado - te desaliente, pero las fuerzas y la perspectiva de la vida cambian cuando escuchas la voz de tu maestro, la misma que hoy te dice:
“Estoy muy cerca de ti”.
Lectura bíblica recomendada: Juan 20 En el pasaje de hoy, vemos cómo María Magdalena, en su desconcierto por la muerte de su líder Jesús, va de madrugada a visitar la tumba. Imaginemos los posibles pensamientos que tuvo ella esa mañana antes de llegar allí:
- - ¿Y ahora qué vamos a hacer?
- - ¿Quién nos ayudará de ahora en adelante?
- - ¿Si todavía estuviera vivo tendríamos esperanza?
- - Esto parece una pesadilla, ¿por qué ocurre esto?
Y posiblemente otros que tú puedas imaginar. Más sin embargo, María esa mañana comprobaría que no estaba siguiendo a cualquier clase de líder, estaba siguiendo al único en la historia que ha vencido la muerte y que prometió dar vida eterna a quien en Él creyera.
Es así que Jesús se presenta ante ella y la llama por su nombre “María”. Al instante reconoció quién la llamaba y ella se aferró a él.
Punto de acción:
Muchas veces, por estar centrados en la decepción de la vida, no notamos que Él está a nuestro lado:
«Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú le has llevado, dime dónde le has puesto, y yo me lo llevaré.»
Como a María, te puede suceder que la visión de un Jesús muerto - lejano o difuminado - te desaliente, pero las fuerzas y la perspectiva de la vida cambian cuando escuchas la voz de tu maestro, la misma que hoy te dice:
“Estoy muy cerca de ti”.