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Nov28

Deseos Guiados

Mes // Noviembre

Deseos Guiados
«Mas Jehová dijo a David mi padre: Respecto a haber tenido en tu corazón deseo de edificar casa a mi nombre, bien has hecho en haber tenido esto en tu corazón. »
- 2 Cronicas. 6:8

Deseo: El interés o apetencia que una persona tiene por conseguir la posesión o la realización de algo.

Todos albergamos deseos o anhelos que se orientan según el carácter y la personalidad individual; la influencia de la familia y la cultura también moldean nuestros deseos.

En el creyente, el deseo varía —además de por lo ya mencionado— según el nivel espiritual y el conocimiento bíblico que posea. Quien es maduro espiritualmente y aspira a cumplir la voluntad de Dios para su vida, direcciona sus deseos conforme a esa voluntad. Reconoce que no siempre será la voluntad de Dios concederlos, ya que Él es Soberano y, al final, decide lo que nos otorga y si nos conviene.

La madurez espiritual nos enseña a esperar en Dios, si acaso, en Su sabiduría, Él decide demorar o negar los deseos de nuestros corazones.

No importa la naturaleza de tu deseo —sea material, moral o espiritual; casarte, concluir una carrera, progresar en el ministerio, adquirir una vivienda, lograr bienestar financiero o familiar— Dios tiene principios que debemos seguir para recibir Su respuesta. La Biblia enseña que debemos andar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne. Si andamos en el Espíritu, seremos guiados por Él y nuestros deseos —emocionales, ministeriales, profesionales, etc.— no estarán orientados a intereses egoístas, que podrían tornarnos insensibles, avaros o carnales, sino a honrar y glorificar a Dios, crecer en Él y expandir Su reino.

Punto de acción:

Evaluemos cuán conveniente es un deseo para nosotros y para Dios, y decidamos si mantenerlo vivo o descartarlo.

Sigamos el ejemplo del Salmista: «Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi suspiro no te es oculto» - Salmo 38:9. El rey David, conocedor del gozo que proporciona el deseo cumplido, anhelaba que Dios: «Te conceda el deseo de tu corazón y cumpla todos tus anhelos» - Salmo 20:4

Y así, podremos celebrar como David: «Me has concedido el deseo de mi corazón, y no me negaste la petición de mis labios» Salmo 21:2.
Lectura bíblica recomendada: Salmo 20

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