Nov14
¿Cómo te ve Dios?
Juan 21:17
A los ojos de la gente, Pedro era solo un pescador, pero para Dios, era un "pescador de hombres".
¿Has reflexionado alguna vez sobre quiénes eran los discípulos de Jesús? Eran recaudadores de impuestos, pescadores, algunos analfabetos, personas despreciadas por la sociedad, pero Jesús no se fijó en eso. Vio en ellos a hombres que lucharían por Él hasta el final; hombres que madurarían en sus pensamientos y palabras, y que difundirían el Evangelio hasta dar su vida por él.
Aquí es donde aparece Pedro, un hombre sencillo, un pescador llamado Simón, cuyo nombre significa "blando como la gelatina", pero a quien Jesús transformó desde el principio, llamándolo Pedro, que significa "firme como una roca".
Pedro estaba convencido de que iría a la cárcel e incluso moriría por Jesús, tal como muchos de nosotros decimos al Señor. Pero se enfrentó a su realidad cuando, en la noche en que Jesús fue arrestado, lo negó tres veces. Al oír cantar al gallo, recordó las palabras de Jesús y pudo verlo, observándolo atentamente. ¿Puedes imaginar lo que Pedro sintió?
Mientras Jesús sufría su peor momento, siendo humillado y golpeado, Pedro, quien había prometido dar su vida por él, ahora lo negaba.
«Pero a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.» Mateo 10:33.
Imagina a Pedro llorando amargamente por haber negado al Señor. Después, Jesús fue crucificado y murió. Pedro, recordando que Jesús había dicho que negaría ante el Padre a quien lo negara, debió sentirse abrumado.
Luego Jesús resucita y Pedro, a pesar de su alegría y emoción, debió sentir vergüenza por su negación. Pero cuando se encuentran de nuevo, Jesús le pregunta: "¿Me amas?... Apacienta mis ovejas". No importaron los fallos de Pedro; Jesús le confió lo más preciado: su rebaño.
Jesús no veía a un hombre débil que lo negó, sino a uno que lucharía por Él hasta el final, que jamás lo traicionaría, que abriría el camino para que los gentiles recibieran el Evangelio y que, finalmente, moriría por Él.
Oración
Señor, ayúdame a ver lo que Tú ves en mí, a pesar de mis errores. Deseo verme como Tú me ves y estar seguro de que, contigo, lograré cosas grandiosas. Gracias por ser mi apoyo y sustento. Que pueda enfocarme en Ti y verme a través de tus ojos. En Cristo Jesús. Amén.
Lectura bíblica recomendada: Juan 21 ¿Has reflexionado alguna vez sobre quiénes eran los discípulos de Jesús? Eran recaudadores de impuestos, pescadores, algunos analfabetos, personas despreciadas por la sociedad, pero Jesús no se fijó en eso. Vio en ellos a hombres que lucharían por Él hasta el final; hombres que madurarían en sus pensamientos y palabras, y que difundirían el Evangelio hasta dar su vida por él.
Aquí es donde aparece Pedro, un hombre sencillo, un pescador llamado Simón, cuyo nombre significa "blando como la gelatina", pero a quien Jesús transformó desde el principio, llamándolo Pedro, que significa "firme como una roca".
Pedro estaba convencido de que iría a la cárcel e incluso moriría por Jesús, tal como muchos de nosotros decimos al Señor. Pero se enfrentó a su realidad cuando, en la noche en que Jesús fue arrestado, lo negó tres veces. Al oír cantar al gallo, recordó las palabras de Jesús y pudo verlo, observándolo atentamente. ¿Puedes imaginar lo que Pedro sintió?
Mientras Jesús sufría su peor momento, siendo humillado y golpeado, Pedro, quien había prometido dar su vida por él, ahora lo negaba.
«Pero a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.» Mateo 10:33.
Imagina a Pedro llorando amargamente por haber negado al Señor. Después, Jesús fue crucificado y murió. Pedro, recordando que Jesús había dicho que negaría ante el Padre a quien lo negara, debió sentirse abrumado.
Luego Jesús resucita y Pedro, a pesar de su alegría y emoción, debió sentir vergüenza por su negación. Pero cuando se encuentran de nuevo, Jesús le pregunta: "¿Me amas?... Apacienta mis ovejas". No importaron los fallos de Pedro; Jesús le confió lo más preciado: su rebaño.
Jesús no veía a un hombre débil que lo negó, sino a uno que lucharía por Él hasta el final, que jamás lo traicionaría, que abriría el camino para que los gentiles recibieran el Evangelio y que, finalmente, moriría por Él.
Oración
Señor, ayúdame a ver lo que Tú ves en mí, a pesar de mis errores. Deseo verme como Tú me ves y estar seguro de que, contigo, lograré cosas grandiosas. Gracias por ser mi apoyo y sustento. Que pueda enfocarme en Ti y verme a través de tus ojos. En Cristo Jesús. Amén.