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Sep01

Entrega radical

Mes // Septiembre

Vida desperdiciada

«Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 3 ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?»
►Eclesiastés 1:2-3(RVR60)

Hay una barrera en el camino de seguir radicalmente a Jesús que no parece ser barrera. Entra en la vida a escondidas, y termina robándonos la oportunidad de cambiar el mundo. Es la barrera de desperdiciar la vida; de vivir una vida que no cuenta para nada eterno.

Todos somos radicales. Aún las personas más normales son radicales. Todos dan su vida radicalmente a algo; todos son conocidos por algo; todos viven por algo; y todos dan la mayor parte de su tiempo a algo. Cada persona entrega su vida radicalmente a algún propósito. (Eclesiastés 2:10)

Cuando entregamos nuestra vida — nuestro enfoque y pasión — a algo en esta vida y este mundo, terminamos desperdiciando nuestra vida.

Lo que conseguimos, experimentamos y logramos en el camino se queda en esta tierra, no es eterno, Si entregamos nuestra vida a cualquier otro propósito — aparte de cambiar el mundo con Jesús — desperdiciaremos nuestra vida. Dar nuestra pasión a algo de esta vida es un desperdicio de la vida, porque nada en esta vida importará después de que termine. Hay muy poco de lo que podemos hacer en la vida que durará una vez que muramos.

«Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.»
Eclesiastés 2:17


¿Entonces qué es lo importa? Lo único que importará después de la muerte es nuestra relación con Dios. Entonces, lo que hacemos en esta vida para acercarnos a Dios, tendrá valor después de esta vida. También, lo que hacemos para ayudar a otros a conocer a Dios y a tener una relación con Él, tendrá valor.

Lo único que podemos llevar de esta vida a la próxima es :

1) nuestra relación con Dios .
2) haber ayudado a otros a conocerlo.

Uno o el otro

Tenemos que escoger entre nuestras pasiones y tareas y entregarlas totalmente a Dios. Tenemos que decidir si de verdad queremos poner a Jesús en el centro de nuestro corazón.

Punto de acción:

Dejar a Jesús en el centro de nuestro corazón, y no desperdiciar nuestra vida, es así como vivimos la vida que Dios quiere para nosotros, así es cómo cumplimos su misión y su propósito para nuestra vida y así es cómo nos entregamos a algo que importará aún después de nuestra muerte. Así es cómo no desperdiciamos nuestra vida.

Evalúa que clase de terreno somos y qué fruto estamos produciendo.

Lectura bíblica necesaria: Mateo 13: 1-23(RVR60)

Autor

Luz Estella González

Líder, TC Cenfol
Junto con su esposo dirigen Cenfol Apartado