Yo soy el Dios de…

Este versículo nos menciona a varios de los patriarcas más importantes del antiguo testamento, veamos quienes eran ellos y como la bondad maravillosa de Dios actuó sobre cada uno.

¿Quién era Abraham? Un idólatra en Ur de los caldeos; cuando Dios lo llamó a salir, no salió, fue su padre Taré quien salió, quizás buscando mejores horizontes, pero Dios trabajó en él, hasta hacerlo el padre de la fe.

¿Quién era Isaac? El hijo de Abraham, recibe la promesa de Dios (IAWE) por amor a su padre Abraham, él es el hijo menor y es en él que la Biblia nos enseña que el mayor servirá al menor, pero todo lo recibe de Gracia, sin ningún esfuerzo.

¿Quién era Jacob? Desde el vientre de su madre lucha con su hermano, lo que le da el nombre de suplantador, un engañador; que hace la voluntad de Dios a su manera, El hombre que lucha por obtener.

Así que cuando Dios se define como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, Podemos decir que es nuestro Dios formador que nos saca, edifica para hacernos hombres de fe (Abraham), nuestro Dios que nos da todo por amor a Jesucristo (Isaác), y nuestro Dios que no nos deja hasta que haga todo lo que ha planeado hacer con nosotros (Jacob).

Punto de acción:

Acerquémonos confiadamente a Dios (IAWE), pues Él se llama a si mismo “nuestro Dios”; no importa que hagamos oraciones inmaduras como la de Jacob, sin creer (Gn. 28:12), o intentando negociar con Dios la bendición; El siempre será nuestro Dios, el padre que cubre nuestras necesidades

Lectura bíblica necesaria: Génesis 28 (RVR60)