Nov10
No debes cansarte
Mes // Noviembre
A menudo tenemos que lidiar con personas que, a pesar de hacerles el bien y querer ayudarles, contradicen todo, generan conflicto y algunas hasta se convierten en aflicción.
Muchas veces nos sentimos cansados o sufriendo injustamente por mano de alguien que nos hace mal o nos traiciona; sentimos que se agota nuestra fuerza y nuestra fe.
¿Cómo manejar esta situación?
«Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desfallecer.» Hebreos 12:3.
Pensemos en Jesús, el autor de nuestra fe cristiana. La vía dolorosa en medio de la burla, el escarnio y el abandono de sus más íntimos amigos fue el camino a la gloria, el camino a la máxima demostración de fe y obediencia ante el Padre.
«Cristo también padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus pisadas.» (1 Pedro 2:21)
En ocasiones, Dios Padre nos permite vivir situaciones semejantes para que nuestra fe se halle firme en Él y para Él; nuestra fe requiere de paciencia en el sufrimiento y de absoluta certeza de que Él está a nuestro lado y que a su tiempo traerá consuelo.
Punto de acción
Sometamos pacientemente toda situación en oración a nuestro Dios, y sometamos la oración a la obediencia a Dios, con la confianza y seguridad de que podemos esperar en Él, porque Él nos asegura la victoria. Como dijo el salmista: «Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.» Salmo 40:1
Lectura bíblica recomendada: Galatas 6 Muchas veces nos sentimos cansados o sufriendo injustamente por mano de alguien que nos hace mal o nos traiciona; sentimos que se agota nuestra fuerza y nuestra fe.
¿Cómo manejar esta situación?
«Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desfallecer.» Hebreos 12:3.
Pensemos en Jesús, el autor de nuestra fe cristiana. La vía dolorosa en medio de la burla, el escarnio y el abandono de sus más íntimos amigos fue el camino a la gloria, el camino a la máxima demostración de fe y obediencia ante el Padre.
«Cristo también padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus pisadas.» (1 Pedro 2:21)
En ocasiones, Dios Padre nos permite vivir situaciones semejantes para que nuestra fe se halle firme en Él y para Él; nuestra fe requiere de paciencia en el sufrimiento y de absoluta certeza de que Él está a nuestro lado y que a su tiempo traerá consuelo.
Punto de acción
Sometamos pacientemente toda situación en oración a nuestro Dios, y sometamos la oración a la obediencia a Dios, con la confianza y seguridad de que podemos esperar en Él, porque Él nos asegura la victoria. Como dijo el salmista: «Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.» Salmo 40:1