Oct29
Entre el "Ya" y el "Todavía no"
Mes // Octubre
- Jeremías 29:5-7
La maldad nos lleva a anhelar cada día con más fuerza y a proclamar:
¡Ven Señor Jesús, Amén!
Pero mientras nuestro Padre Celestial decide en su autoridad cuándo será ese anhelado día, necesitamos mantener nuestro compromiso con Él y su Palabra. Como dice el Señor a la cautividad judía en Babilonia:
«Edifiquen casas y hagan planes para quedarse. Planten huertos y coman del fruto que produzcan. Cásense y tengan hijos. Luego encuentren esposos y esposas para ellos, para que tengan muchos nietos. ¡Multiplíquense! ¡No disminuyan! Y trabajen por la paz y prosperidad de la ciudad a la que los envié al destierro. Oren al Señor por la ciudad, porque de su bienestar dependerá el bienestar de ustedes». Jeremías 29:5-7
El Señor envió una carta a los judíos cautivos en Babilonia, diciéndoles que busquen la paz y prosperidad de esa ciudad, animándoles a establecerse, comprar casas, sembrar y tener descendencia.
A pesar del doloroso recuerdo de su despojo, cumplieron con esta instrucción sin olvidar su tierra y su gente. Entre ellos estaban Daniel y sus amigos, Nehemías, Esdras, Zorobabel. Los judíos cautivos aumentaron su influencia en esa sociedad pagana, y personas como Daniel, Nehemías y otros se convirtieron en figuras influyentes para los gobernantes de esa época (Ver Daniel 1:19; Nehemías 2:4; Ester 5:3).
Estos personajes se desenvolvieron en un ambiente político y de poder. Dios usó a estos inspiradores siervos para traer bendición, ayuda y protección a su pueblo.
La participación de los cristianos en la vida política de un país es esencial por diversas razones. Somos llamados a cumplir la Gran Comisión (Mateo 28:18-20) y a hacer discípulos mediante las enseñanzas del Señor Jesús. En el ámbito político, hay personas que el Señor Jesús busca redimir, y a través de ellas, influir con sus principios en la sociedad. Además, estamos llamados a orar por todos aquellos en eminencia, incluyendo a nuestra clase política (1 Timoteo 2:1-7), ya que Dios desea que todos le conozcan y, por ende, que Él cuente con hombres y mujeres que influyan en el gobierno y promuevan las enseñanzas del Evangelio.
Es evidente que las decisiones políticas nos afectan de diversas maneras, por lo que los cristianos no debemos estar ausentes.
Punto de acción:
Te invito a reflexionar sobre la importancia de participar en la democracia, considerando tu percepción y comprensión de la política y su relación con las enseñanzas bíblicas.
¿Acaso es correcto, desde la perspectiva de la mayordomía cristiana, no ejercer nuestros derechos como ciudadanos y promover nuestra fe y los principios del Evangelio?
Quizás pienses que la política está corrompida y dominada por el mal, pero no debemos renunciar a nuestro llamado a ser sal y luz, como nos enseña el Señor Jesús.
Dedica tiempo a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la vida política como hijos de Dios. Oremos para que Dios nos guíe en el estilo de hombres como Daniel y Nehemías, y mujeres como Ester, y nos proteja de las prácticas corruptas.
«Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio porque no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio porque no era socialdemócrata. Cuando vinieron por los sindicalistas, no protesté porque no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté porque no era judío. Cuando vinieron por mí, no había nadie más que pudiera protestar». Del pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892-1984).
Lectura bíblica recomendada: 1 Timoteo 2 ¡Ven Señor Jesús, Amén!
Pero mientras nuestro Padre Celestial decide en su autoridad cuándo será ese anhelado día, necesitamos mantener nuestro compromiso con Él y su Palabra. Como dice el Señor a la cautividad judía en Babilonia:
«Edifiquen casas y hagan planes para quedarse. Planten huertos y coman del fruto que produzcan. Cásense y tengan hijos. Luego encuentren esposos y esposas para ellos, para que tengan muchos nietos. ¡Multiplíquense! ¡No disminuyan! Y trabajen por la paz y prosperidad de la ciudad a la que los envié al destierro. Oren al Señor por la ciudad, porque de su bienestar dependerá el bienestar de ustedes». Jeremías 29:5-7
El Señor envió una carta a los judíos cautivos en Babilonia, diciéndoles que busquen la paz y prosperidad de esa ciudad, animándoles a establecerse, comprar casas, sembrar y tener descendencia.
A pesar del doloroso recuerdo de su despojo, cumplieron con esta instrucción sin olvidar su tierra y su gente. Entre ellos estaban Daniel y sus amigos, Nehemías, Esdras, Zorobabel. Los judíos cautivos aumentaron su influencia en esa sociedad pagana, y personas como Daniel, Nehemías y otros se convirtieron en figuras influyentes para los gobernantes de esa época (Ver Daniel 1:19; Nehemías 2:4; Ester 5:3).
Estos personajes se desenvolvieron en un ambiente político y de poder. Dios usó a estos inspiradores siervos para traer bendición, ayuda y protección a su pueblo.
La participación de los cristianos en la vida política de un país es esencial por diversas razones. Somos llamados a cumplir la Gran Comisión (Mateo 28:18-20) y a hacer discípulos mediante las enseñanzas del Señor Jesús. En el ámbito político, hay personas que el Señor Jesús busca redimir, y a través de ellas, influir con sus principios en la sociedad. Además, estamos llamados a orar por todos aquellos en eminencia, incluyendo a nuestra clase política (1 Timoteo 2:1-7), ya que Dios desea que todos le conozcan y, por ende, que Él cuente con hombres y mujeres que influyan en el gobierno y promuevan las enseñanzas del Evangelio.
Es evidente que las decisiones políticas nos afectan de diversas maneras, por lo que los cristianos no debemos estar ausentes.
Punto de acción:
Te invito a reflexionar sobre la importancia de participar en la democracia, considerando tu percepción y comprensión de la política y su relación con las enseñanzas bíblicas.
¿Acaso es correcto, desde la perspectiva de la mayordomía cristiana, no ejercer nuestros derechos como ciudadanos y promover nuestra fe y los principios del Evangelio?
Quizás pienses que la política está corrompida y dominada por el mal, pero no debemos renunciar a nuestro llamado a ser sal y luz, como nos enseña el Señor Jesús.
Dedica tiempo a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la vida política como hijos de Dios. Oremos para que Dios nos guíe en el estilo de hombres como Daniel y Nehemías, y mujeres como Ester, y nos proteja de las prácticas corruptas.
Autor
Danilo Ariza
Director regional Cali
Director sede Cenfol La Flora
Comunicador Social y periodismo.
Director sede Cenfol La Flora
Comunicador Social y periodismo.