Hacer todo para Dios

Hace un tiempo, tuve en mis manos un libro de oraciones para diversas actividades, incluidas las más comunes y corrientes, como cocinar o lavar la ropa.

A menudo, las tareas cotidianas pueden parecer repetitivas o intrascendentes. El libro me recordó unas palabras que escuché: "Das gracias antes de comer. ¡Sí, perfecto! Pero yo doy gracias antes de pintar, nadar, cantar, boxear, caminar, jugar, danzar, y antes de sumergir la pluma en la tinta".

Este mensaje cambió mi perspectiva sobre mis actividades diarias.

A veces, tiendo a dividir las acciones entre las que considero que tienen valor espiritual, como leer devocionales o dar gracias antes de comer, y las que percibo que no lo tienen, como lavar los platos después de una comida.

Pablo eliminó esa división en su carta a los Colosenses, quienes habían decidido vivir para Jesús. Los alentó con estas palabras: «Todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús» .

Actuar en el nombre de Jesús significa honrarlo al hacerlo y confiar en que su Espíritu nos fortalece para llevar a cabo esas acciones.

"Todo lo que hacéis", es decir, todas las actividades "comunes y corrientes" de nuestra vida, pueden ser potenciadas por el Espíritu de Dios y realizadas para honrar a Cristo.

Te dejo un par de preguntas para reflexionar:

¿Cómo podrías reconsiderar tu perspectiva sobre las actividades diarias?
¿Cómo puedes depender más del Espíritu de Dios en tus tareas de hoy?

Oremos

Señor Jesús, quiero honrarte hoy en todo. Anhelo que todo lo que haga sea para ti. En Cristo Jesús. Amén.