Nov23
Gobierna Tu Serpiente
Mes // Noviembre
Una vez me encontré con una analogía que ilustró claramente la responsabilidad que tengo con mi "serpiente".
Un anciano ermitaño se retiraba a la montaña para meditar y orar. Alguien le preguntó un día: "¿Cómo puede estar tan ocupado viviendo en soledad?" Él respondió: "Tengo que adiestrar a..." (y mencionó varios animales cuyas características representan a los miembros del cuerpo y el esfuerzo que conlleva controlarlos), y continuó diciendo: "Lo más complicado es vigilar a la serpiente. Aunque está encerrada en una jaula robusta, siempre está lista para atacar, morder e inyectar su veneno a cualquiera que esté cerca. Por eso, debo disciplinarla constantemente. Es mi lengua."
Dios nos ha dado un estuche con múltiples cerraduras (los dientes) para proteger esta joya: «De ella emanan bendición y maldición, agua dulce y amarga, fruto como aceitunas o higos de vid, agua salada y dulce.» Santiago 3:10-12. Mis hermanos, no debería ser así, Dios desea que de ella proceda únicamente bendición, y por ello debemos adiestrarla, manejarla, dominarla y gobernarla.
Es probable que se cometan más pecados y se cause mayor daño con este pequeño miembro que de cualquier otra forma. La facultad del habla es uno de nuestros dones más valiosos y es en ello en lo que más nos parecemos a nuestro Creador: Dios habla, a diferencia del loro que solo repite sonidos sin sentido ni razón. Sin embargo, este don divino requiere de nosotros una gran responsabilidad para "adiestrar, manejar, dominar y gobernar", ya que está inclinado a numerosos abusos.
Es por esta razón que las Escrituras nos indican que quien logra dominarla es "un hombre perfecto". Las palabras que decimos reflejan lo que hay en nuestro corazón y el estado moral de nuestra mente. Los pecados de la lengua no solo son más frecuentes que otros, sino también pueden ser los más graves.
El hombre y la mujer perfectos que han conseguido controlar "su serpiente" lo demuestran con claras evidencias, por ejemplo:
Oración
¿Cuál de estas dos evidencias reflejará mejor el control de tu "serpiente"? Aprovecha la oportunidad para mejorar en ese aspecto.
Lectura bíblica recomendada: Santiago 3 Dios nos ha dado un estuche con múltiples cerraduras (los dientes) para proteger esta joya: «De ella emanan bendición y maldición, agua dulce y amarga, fruto como aceitunas o higos de vid, agua salada y dulce.» Santiago 3:10-12. Mis hermanos, no debería ser así, Dios desea que de ella proceda únicamente bendición, y por ello debemos adiestrarla, manejarla, dominarla y gobernarla.
Es probable que se cometan más pecados y se cause mayor daño con este pequeño miembro que de cualquier otra forma. La facultad del habla es uno de nuestros dones más valiosos y es en ello en lo que más nos parecemos a nuestro Creador: Dios habla, a diferencia del loro que solo repite sonidos sin sentido ni razón. Sin embargo, este don divino requiere de nosotros una gran responsabilidad para "adiestrar, manejar, dominar y gobernar", ya que está inclinado a numerosos abusos.
Es por esta razón que las Escrituras nos indican que quien logra dominarla es "un hombre perfecto". Las palabras que decimos reflejan lo que hay en nuestro corazón y el estado moral de nuestra mente. Los pecados de la lengua no solo son más frecuentes que otros, sino también pueden ser los más graves.
El hombre y la mujer perfectos que han conseguido controlar "su serpiente" lo demuestran con claras evidencias, por ejemplo:
- ► No son aduladores: Alabar excesivamente a alguien, generalmente con segundas intenciones. Decir o hacer algo intencionadamente, a veces exageradamente, para complacer a otro.
- ► Animan a los demás: Animar es apoyar a una persona, hacerle ver que lo que hace tiene un propósito y vale la pena, es sacar una sonrisa siempre, sin importar lo que ocurra. Animar a través de la adulación no es correcto; es preferible ser sincero y no recurrir a la adulación.
Oración
¿Cuál de estas dos evidencias reflejará mejor el control de tu "serpiente"? Aprovecha la oportunidad para mejorar en ese aspecto.
Autor
María Piedad Mesa
Escritora de:
Busca Amar a Dios y Ser Ejemplo
Bendito el Fruto de tu Vientre
Busca Amar a Dios y Ser Ejemplo
Bendito el Fruto de tu Vientre