Ten paciencia

Las vidas de los jóvenes están llenas de ilusiones y metas propias de su despertar, pero poco a poco se van apagando por el mismo sentimiento que muchos de nosotros tenemos: la impaciencia, debilidad que rápidamente les hace perder el control en muchas situaciones cayendo en desesperación porque las cosas no salen como lo planeaban.

En una ocasión un joven al regresar a casa decidió leer por un momento la biblia, buscando respuesta a sus propósitos y metas estancados, en ese momento comenzó a orar pidiéndole a Dios que lo llenara de paciencia, pero a pesar de eso, él sentía que no lograba ser paciente.

Un día al estar sentado en la puerta de su casa llegó uno de sus amigos, quien ya había comenzado una nueva y verdadera relación con Jesús, y le asombró al notar el cambio que había tenido su amigo, sintió cierta tranquilidad y comenzó a contarle un poco de su vida, convencido de lo bueno que es Dios con todos nosotros, le pidió que orara a Dios para tener paciencia y esperar en Él, para no desesperarse en sus problemas.

En ese momento el amigo orando decía:
“Señor, te pido que llenes la vida de mi amigo de pruebas, tentaciones, calamidades, pobreza, y persecuciones…”

Al escuchar esa oración, lo interrumpió y le preguntó: ¿Por qué pide a Dios que lleguen a mí todas esas cosas? Si todo lo que yo deseo es tener paciencia.

A lo que su amigo sabiamente respondió:
- ¡No te preocupes! Pues en medio de todas estas cosas, es cuando Dios hace crecer en nosotros la paciencia.

Así nos lo hace saber en Santiago 1:3:
«sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia»

Esto nos hace entender que cuando estamos pasando por momentos difíciles y pensamos que todo va mal, es comprender que aun en medio de la tristeza o temores, no debemos dudar que Dios está siempre de nuestro lado y que pronto todo eso va a pasar, debemos aprender a no desistir, porque justo en esos momentos es cuando comenzamos a crecer, y junto con nosotros crecen nuestras convicciones y valores, pues al final del camino veremos el fruto de todo eso “formados con paciencia y amor”.

Recuerda que: “Paciencia no es la capacidad de esperar, es la manera en que nos comportamos mientas esperamos”

Punto de acción:

Nunca olvides que la paciencia no es eso que aparece mágicamente en nuestras vidas, la paciencia es el fruto que nos brinda el espíritu santo, para vivir el proceso de desarrollo y perfección en nuestras vidas.

Te invito a que confíes en Dios y que le permitas actuar a su debido tiempo.