Los recientes sucesos a nivel mundial y local nos instan a una profunda reflexión. La continuidad de la guerra en Ucrania nos recuerda las tragedias del conflicto prolongado y sus repercusiones humanitarias que claman por paz y reconstrucción. En México, la extradición de figuras vinculadas al crimen organizado y los desafíos ante la corrupción inmobiliaria, son un llamado a la justicia y la rectitud en el manejo de los asuntos públicos.

En Colombia, los desplazados encuentran una voz de confianza en la lucha por sus derechos, mientras que la violencia y las amenazas en lugares como Jamundí siguen siendo una preocupación constante. Los esfuerzos por un turismo responsable y seguro en Medellín, ante la presencia de viviendas ilegales en plataformas de alojamiento, nos hablan de la necesidad de un desarrollo sostenible y respetuoso.

Ante estos escenarios, nos vemos llamados a ser constructores de cambio desde nuestras plataformas de influencia. Con la mirada puesta en fortalecer el tejido social, proponemos adoptar principios sólidos y acciones concretas que promuevan la transformación personal y colectiva.

"No se dejen vencer por el mal, sino venzan al mal con el bien" (Romanos 12:21). Este versículo nos invita a ser parte activa de la solución, aportando bondad y justicia en medio de la adversidad.

"Hacer justicia es una alegría para el justo, pero es terror para los que hacen maldad." (Proverbios 21:15). Este llamado a la justicia es imperativo en tiempos donde la impunidad parece prevalecer.